Efemérides

1 de febrero: Nace Norman Rockwell (1926)

jueves, 29 de octubre de 2009

De langostinos y conejos

Hola, amigos:

Hoy me manifiesto desde la casa materna. Estar en casa de tus padres mola porque vuelves a tener 7 años y, a excepción de limpiarte el culete después de hacer pis, te hacen todo lo demás (y lo del culete, porque no lo pidas). Vuelves a ser reina mora y ese monstruo tronador que gritaba "¡¡¡a poner la mesa!!!" se ha reconvertido en los abuelos portacaprichos que ya no tienes. Eso sí, el día que tengan nietos de verdad, se acabó el reinado.

Pero estar en casa de tus padres no mola porque, en mi caso particular, casi siempre va ligado a un trámite médico.

Hoy ha tocado el ginecólogo.

Yo de verdad me pregunto qué hombre en su sano juicio decide estudiar 6 años para acabar viendo coños en serie. Es que así no se disfrutan. Y encima, como decía El Chivi: coños rapados, coños con pelo, coños cerrados, coños en celo, coños lavados, coños con costra, coños viscosos como una ostra...

Ir al ginecólogo es toda una experiencia. Es el clímax de toda frígida: abrirse de patas estando autorizado moralmente a pensar "azul, voy a pintar el techo de azul".
El ginecólogo es un lugar donde tienes que hacer muchas cuentas en un intervalo de 32 segundos para contestar cuánto te duró la última regla restando el día que vino y considerando el ratio de flujo más la raíz cuadrada de diez, y total que si se fue el 23 le añado dos, por si me he equivocado, que también puede pasar, "¡Cuatro!", mientras a su vez te estás despelotando para subirte al potro de la humillación donde, eso sí, muy púdicamente te ponen una especie de sabanilla sobre la tripa. Que te dan ganas de decirle al señor doctor "mire usté, si me va usté a hacer el mapa geográfico del body serrano con pintura a dedo, ahorrése la sábana: con confianza".

Y el miedo. El miedo a que el ginecólogo toque donde no debe y te salga alguna suerte de gemidillo, que la nerviatura es la nerviatura. Qué corte. Tú ahí tan expuesta. Azul, voy a pintar el techo de azul, Tremolina concéntrate en azul.

"Pues esto ya está". Y tú sabes que tras la frase tienes 48 segundos para hallarte en la puta calle con tu volante, receta o lo que se tercie en la mano, que tiene que entrar la siguiente a la sala. Esta es la parte más divertida de la consulta. Ver cómo salen las que han entrado antes que tú. Yo hasta ahora he conseguido mantener la dignidad y creo ostentar el record de mi municipio con sólamente los zapatos desabrochados. Ni que me hubiera pasado la vida huyendo de casas ajenas ante la llegada de esposas intempestivas.

En fin. Mi mamá me ha preparado lubina al horno y ha comprado langostinos para la ocasión. Me voy a deleitarme en mi infancia recuperada. Y por cierto, no sé qué les habrá parecido a ustedes la crónica, pero a mí seguro que me entran visitantes del gúguel a espuertas.

A ver si esos se dejan el parné, porque lo que es ustedes, han hecho caso omiso total a mi sugerencia de lo de la cuenta.

Cabrones.

lunes, 26 de octubre de 2009

Et voilà

Estimados súbditos:

Son muchas las voces que reclaman mi vuelta. Sabía que llegaría el momento en que no podríais vivir sin mí. A tal efecto, os recuerdo que mi número de cuenta se halla accesible para ingresos a todo el que lo desee.

Muy rápida y brevemente puedo deciros que acabo de regresar de la Conchinchina (¿o es Cochinchina?). Sólo puedo deciros, amados súbditos, que es una puta mierda. No el lugar en sí, sino la gente que lo habita. Es más: voy a desarrollar, dentro de la psicolgía bélico-social, la teoría de que ni franceses ni estadounidenses se fueron de allí por derrota militar, sino por mera hartura. Qué cansinos son los jodíos. Debí recapacitar más profundamente sobre la frase "están totalmente volcados al turismo" cuando la oí.

Mi intervención de hoy es muy breve, lo sé. Acusen al jet lag y a mi inminente salida del currelo. Dedicaré más profusos esfuerzos a los inviables esos en lo sucesivo, probablemente en el Astrolabio, en formato distinto del de los Balcanes, eso sí. Por cierto, a ver si acabo con Kosovo de una vez, que ya me vale.

En fin, nada más por el momento. Duerman bien. Su Tremolina ha vuelto sana y salva. Han intentado que no fuera así, pero nada hay en el mundo que pueda acabar con los resquicios de picaresca española que quedan sueltos.

Ea.